¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿cuál es el sentido de la vida? Durante mucho tiempo, la tarea de la filosofía fue dar respuesta a éstas y otras preguntas similares.
En los últimos tiempos la gente ha empezado a recurrir a estas teorías como tabla de salvación, como la única manera de explicar el torbellino en que vive la humanidad, de ayudar a pensar y de dar respuestas.
Se preguntan: ¿es esto la vida? La filosofía enseña a alcanzar un pensamiento que no sea confuso ni contradictorio, a plantearse cosas que damos por obvias. Es transformadora y ayuda a sufrir menos. Puede incluso llegar a curar depresiones si éstas no son endógenas.
Según el filósofo y escritor Manuel Cruz, Ortega y Gasset decía: “No entendemos lo que pasa, y eso es lo que nos pasa”, y cuando eso ocurre pueden venir muchas patologías como ansiedad o depresiones. A lo que Juan Arnau añade: «Estamos en el mundo para buscar el conocimiento. Es un error perseguir la felicidad. Solo si tenemos la oportunidad de conocer podremos acercarnos, un poco, a la idea de ser felices».
http://smoda.elpais.com/articulos/quien-soy/5338
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La filosofía siempre me ha parecido que funciona bien como complemento de la biología. Ambas se preguntan por el origen de la vida, aunque la filosofía, claro, se deleita más por el sentido de esta, el por qué estamos aquí.
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