La sensación comienza por una alteración externa: es la respuesta de la piel a algo que la irrita o produce alergia. Así, esta señal llega al cerebro, generando el escozor. Ante el picor, el efecto de rascado crea inflamación y un cierto dolor que engaña al sistema nervioso y lo calma.
Entendemos que es prácticamente imposible no rascarse en determinadas ocasiones.Entre los principales trastornos que provocan picor, está la dermatitis atópica, una enfermedad que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años.
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