viernes, 16 de enero de 2015

Criaturas de la noche

La mayor parte de las 1.100 especies de murciélago que se conocen comen fruta o insectos. Sólo tres se alimentan de sangre y, pese a su mala fama, no la succionan de sus víctimas ni matan a éstas. Tras realizar una pequeña incisión en su piel con sus dientes, afilados como cuchillas, lamen las gotas de sangre que brotan de la herida del animal, al que con frecuencia atacan cuando duerme. Debido a que sólo necesitan pequeñas cantidades de sangre cada día, no suelen causar daños a los mamíferos que muerden, aunque sí pueden transmitirles la rabia u otras enfermedades graves. Su preferencia por la noche ha hecho que la naturaleza les dote de extraordinarias características que les permiten moverse a sus anchas en ambientes con escasa luz: "Cada animal tiene sorprendentes adaptaciones que le ayudan a sobrevivir. Por ejemplo, los castores tienen dos pares de párpados, uno de ellos es transparente para poder ver bajo el agua. Los murciélagos usan increíbles sistemas de sónar que les permiten volar en la más completa oscuridad.

Muchos de los animales que aparecen en el libro, como el búho real que perdió un ala al ser embestido por un coche, el servil al que le fue amputada una pata o los cachorros de puma que quedaron desatendidos cuando sus madres fueron abatidas por cazadores, difícilmente podrían sobrevivir en la naturaleza.

2 comentarios:

  1. Que miedo imagínate que hubiera una epidemia de murciélagos

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  2. Que miedo imagínate que hubiera una epidemia de murciélagos

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