La apertura parcial de la cueva de Altamira ha generado una intensa polémica entre los científicos que mantienen que las visitas pueden dañar las pinturas y los que defienden que su deterioro es natural, independientemente de que esté abierta o no. El Ministerio de Cultura tiene sobre la mesa dos informes contradictorios: el primero, concluido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2012, concluye que abrir la cueva representa un peligro; el segundo, elaborado por un equipo dirigido por el experto en conservación Gael de Guichen, y acabado en septiembre, asegura que las visitas, que se retomaron en febrero tras 12 años de cierre, no afectan a las pinturas. Ninguno de los dos informes han sido hechos públicos en su integridad hasta el momento, aunque fuentes de Cultura indicaron ayer que iban a ser difundidos en los próximos meses.
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