La comunidad científica nunca había visto un proceso de formación galáctica capaz de crear estructuras tan densas como la que ahora ha observado y estudiado el equipo internacional de Erica Nelson, de la Universidad Yale en New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Esta estructura, un núcleo de galaxia situado a 11.000 millones de años-luz, y que, por tanto, hace 11.000 millones de años era tal como lo vemos ahora (la luz ha tardado ese tiempo en llegar hasta nosotros), tiene un tamaño de solo una fracción del de nuestra galaxia la Vía Láctea, pero en cambio contiene aproximadamente el doble de estrellas que esta última. Las estrellas de ese núcleo galáctico ultradenso están concentradas en una región de solo 6.000 años-luz de diámetro. La Vía Láctea tiene unos 100.000 años-luz de diámetro.
Todo apunta a que este proceso de formación del núcleo es un fenómeno propio del universo temprano, porque este, como un todo, era más compacto.
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